A raíz del feminicidio vivido en Manresa la semana pasada, queríamos informar sobre las graves consecuencias a nivel psicológico que sufren los y las familiares y personas cercanas de las víctimas de violencia o abuso, y violencia de género como en este caso. Así como facilitar pautas e información específica sobre los tipos de técnicas o abordajes más adecuados en estos casos.

Vivencia traumática: definición y síntomas

La violencia de género implica un riesgo contra la vida de las personas que la sufren. Una agresión física puede suponer un atentado grave contra la integridad de la persona o, incluso, la muerte. En estos casos, los y las psicólogas nos encontramos en uno de los peores escenarios; una vivencia traumática grave, ya que la supervivencia de la persona está en riesgo, lo que deriva en una situación de estrés post-traumático. 

En cuanto a los y las niños y jóvenes, el hecho de experimentar violencia intrafamiliar, los y las expone a una situación de desamparo en el que hay un riesgo grave a su integridad física y psíquica, lo que inevitablemente supone un agravante de la vivencia o acontecimiento traumático.

Estos acontecimientos traumáticos se pueden reexperimentar de diversas maneras como a través de recuerdos intrusivos, pesadillas, estados disociativos, ansiedad, mucho malestar psicológico… Las personas que han sufrido una vivencia traumática pueden hacer muchos esfuerzos por evitar hablar del tema, o evitar actividades, lugares y objetos relacionados con el acontecimiento traumático que pueden despertar pensamientos, recuerdos y emociones.

En el caso de los y las menores, pueden experimentar especialmente pesadillas, ansiedad, somatizaciones como dolor de barriga o de cabeza, juegos que representan acontecimientos relacionados con el trauma, expresiones de rabia, mucho miedo o culpa, así como también pueden mostrarse hipervigilantes, exaltarse fácilmente, y presentar dificultades en el sueño o problemas para prestar atención y concentrarse.

Abordaje terapéutico

El abordaje terapéutico en estos casos implica en una fase inicial, un fuerte acompañamiento de las víctimas para construir un vínculo y un espacio de seguridad y confidencialidad en el que poder expresar miedos e inseguridades normales en casos de violencia o abuso.

En el caso de que esté presente la pérdida, será muy importante empezar trabajando el duelo de la persona asesinada. Explicar a los familiares el proceso natural frente a una pérdida (podéis leer más información sobre cómo afrontar una pérdida y su proceso de duelo en el siguiente artículo de nuestro blog: (https://psicosalutmanresa.com/es/perdida-duelo-es/ ). 

También será fundamental psicoeducar a los usuarios y usuarias sobre las dinámicas familiares que se construyen en casos de violencia intrafamiliar, los roles y personalidades de los miembros de la unidad familiar para descubrir comportamientos dominantes y conductas de maltrato que en ocasiones se pueden normalizar.

Será crucial en el proceso, fomentar una sana expresión emocional, normalizando sentimientos de culpa, vergüenza y miedo, que frecuentemente aparecen en las víctimas de violencia, sintiendo que ellos o ellas pueden ser los y las causantes de la situación vivida. Paralelamente se trabaja su educación emocional, siendo vital fomentar una autoestima sana, a través de un proceso de autoconocimiento y empoderamiento personal.

Para, finalmente, dotarlos y dotarlas de estrategias de afrontamiento para sentir que disponen de los recursos necesarios para gestionar satisfactoriamente situaciones de posible maltrato en un futuro.

EMDR: terapia específica para vivencias traumáticas

Des de PsicoSalut Manresa, todos y todas las terapeutas disponemos de la formación en un abordaje específico para el trauma llamado EMDR (podeis leer más información sobre qué consiste este tipo de terápia en el siguiente enlace a nuestra web: https://psicosalutmanresa.com/es/tarifas/terapia-emdr/ ).

En términos generales, el EMDR facilita abordar la intensa sintomatología asociada a la vivencia traumática así como las fuertes creencias negativas, mediante la activación del sistema de procesamiento innato de nuestro cerebro. En muy pocas sesiones, conseguimos resolver el trauma eliminando el malestar y facilitando asimilar de forma sana las creencias derivadas de la situación vivida.

Este abordaje es aplicable a menores con ciertas adaptaciones y teniendo en cuenta otras terapias y abordajes de la psicología clínica infantil y juvenil.

Esperamos que la información que hemos compartido con vosotros y vosotras os ayude a entender mejor las situaciones de violencia y si creeis que estais viviendo una situación de este tipo, no dudeis en llamar a los teléfonos de asistencia (016 teléfono de atención a las víctimas de violencia de género), así como contactarnos si buscáis ayuda para superar las dificultades a nivel psicológico, ya que desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados y encantadas de poderos acompañar.

Tania Saez  y Marta Farré

Num. Colegiadas 25.631 | 23.251

La situación que estamos viviendo durante las últimas semanas no está siendo para nada fácil. Se nos ha pedido responsabilidad y en general lo estamos haciendo todo lo bien que podemos, siguiendo las indicaciones del estado y quedándonos a casa. Des de PsicoSalut Manresa queremos darte ánimos y reconocer el esfuerzo que estás haciendo. El confinamiento ha hecho salir a la superficie una serie de emociones en muchos de nosotros: confusión, miedo, tristeza, rabia, frustración, preocupación… No te tienes que sentir mal por el hecho de estar experimentándolas, tienen sentido.

La parte positiva de todo esto, es que las circunstancias nos están permitiendo valorar detalles que, hasta ahora, no teníamos en mucha consideración: un abrazo, quedar para tomar un café, un paseo por el bosque, las comidas con la familia… ¿No son estos pequeños placeres los que nos llenan? Seguramente, si no estuviéramos pasando por una situación como esta, seguiríamos prestando poca atención a las pequeñas cosas de la vida, hasta el punto de casi despreciarlas. El COVID-19 no nos ha dado otra opción que parar, pero esto también nos ha permitido situarnos, mirar el mundo con otros ojos y valorar las necesidades que tenemos como sociedad.

En el ámbito personal, pasa un poco el mismo. A veces necesitamos pasar por momentos difíciles para crecer. Como humanos, tenemos la opción de parar para observarnos, evaluar cómo estamos y qué necesitamos. El artículo de hoy va dedicado a esta necesidad de tomar conciencia y hacer un proceso de introspección.

¿Emociones negativas?

Las emociones son respuestas psicofisiológicas universales e innatas, automáticas, espontáneas y transitorias, que nos permiten regularnos y adaptarnos a nuestro entorno. TODAS tienen su función, de hecho, si nos han acompañado hasta el día de hoy es porque nos han permitido evolucionar como especie. Por lo tanto, no sería demasiado adecuado etiquetarlas como positivas o negativas, aunque no podemos negar que hay de agradables y desagradables.

En el mundo frenético en el cual vivimos, parece que no tengamos tiempo para sentir, y ya ni hablar de experimentar malestar. Cuando las emociones son desagradables, preferimos mirar hacia otro lado o distraernos de alguna manera para esquivarlas. El problema es que si apartamos la mirada ante las emociones que nos provocan incomodidad, nos perdemos su mensaje.

Además, se ha demostrado que las estrategias de evitación, rechazo y supresión emocional son contraproducentes, hasta el punto de generar un efecto contrario al que se busca: intensifican la experiencia emocional desagradable en vez de reducirla (Hervás, 2011; Dalgleish, Yiend, Schweizery Dunn, 2009). Si al dolor que nos provoca esta emoción, le sumamos nuestra resistencia, el resultado que obtenemos es sufrimiento. Acabamos malgastando la energía al evitar el malestar, en vez de aprovecharla para encaminar la situación y buscar soluciones.

¿Cómo podemos gestionar las emociones de manera saludable?

Si evitar aquellas emociones que nos generan malestar no es la solución, ¿Qué nos queda? En este artículo te proponemos una manera diferente de relacionarte con el malestar. Un enfoque para afrontar las emociones desagradables basado en la aceptación, que te puede ayudar a ver las cosas desde otra perspectiva y a tomar acciones basadas en aquello que sientes. La idea no es cambiar ni controlar las emociones desagradables, la intención es modificar la relación que tenemos con ellas. A continuación, te dejamos 4 sencillos pasos para hacerlo, que podrás aplicar cuando se presente una emoción difícil:

1.Lo primero es mostrarse dispuesto/a a sentir. Es importante darse permiso para experimentar esta emoción, dejarle un espacio porque se exprese en el aquí y ahora.

Cuando sientas que estás experimentando una emoción desagradable, hazte esta pregunta: ¿Estoy oponiendo resistencia? Deja de hacer aquello que estés haciendo, busca un lugar tranquilo, haz unas respiraciones profundas y déjate experimentar plenamente la emoción. Una vez hecho esto, toca observarla, distinguirla y comprenderla.

Se trata de mirar aquello que está pasando de forma objetiva, que lo explores con curiosidad, pero sin identificarte en exceso. Busca el equilibrio, no hay que ignorar la emoción, pero tampoco nos tenemos que dejar llevar por esta. Recuerda que tú no eres esta emoción y que tampoco será eterna. Dedícale el tiempo necesario para etiquetarla y poder entender la razón por la cual está aquí.

Pregúntate:

    • ¿En qué parte del cuerpo siento la emoción? ¿Cómo la siento?
    • ¿Qué nombre tendría por mí esto que estoy sintiendo (rabia, miedo, culpa…)?
    • ¿Qué la ha desencadenado? ¿Por qué me siento así?

2.Después, se trata de ver qué es el que te está pidiendo la emoción, y que puedes hacer para liberarla de forma que tenga una influencia positiva para ti y tu entorno.

Estas preguntes te pueden ayudar:

  • ¿Si esta emoción pudiese hablar, qué me diría? ¿Qué querría de mí?
  • ¿Cómo puedo dejarla ir de forma saludable? ¿Tengo que llevar a cabo alguna acción?

Si después de los 3 pasos anteriores todavía tienes dificultades para soltar esta emoción, te puedes preguntar:

  • ¿Qué puedo hacer para relacionarme mejor con esto que estoy sentido? ¿Cómo puedo expresarlo?

Aquí van algunas recomendaciones:

  • Hablar de tus emociones con personas cercanas y de confianza: Te permitirá sentirte apoyado/a, obtener otros puntos de vista y exteriorizarlo.
  • Liberar tensiones a través del deporte: Hay momentos que las emociones nos sobrepasan. Hacer actividad física te puede ayudar a bajar el nivel de activación, y posteriormente, observar aquello que sientes de forma más serena y objetiva.
  • Expresarlas a través del arte: ¿Qué hacemos con aquellas emociones que no podamos o no sabemos expresar? Escribir, dibujar, la música… Pueden ser la respuesta para canalizar el malestar.
  • Practica la meditación: El Mindfulness puede ser una muy buena opción para generar esta distancia saludable con las emociones. Encontrarás multitud de meditaciones guiadas a Youtube o aplicaciones dedicadas exclusivamente a esta técnica.

Esperamos que puedas aplicar estos pasos y te ayuden. Si todo y los consejos todavía tienes dificultades para la gestión emocional, desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados de darte una atención personalizada para guiarte en este proceso.

Para terminar, me gustaría compartir una cita de Viktor E. Frankl:

Entre estímulo y respuesta hay un espacio. En ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad.

Oriol Carbonell

Num. Col·legiat 26.324

Referències

Dalgleish, T., Yiend, J., Schweizer, S., & Dunn, B. D. (2009). Ironic effects of emotion

suppression when recounting distressing memories. Emotion, 9(5), 744e749.

Hervás, G. (2011). Psicopatología de la regulación emocional: el papel de los déficit

emocionales en los trastornos clínicos. Behavioral Psychology/Psicología Conductual,

19, 347-372.

Hoy es el día mundial de la salud mental, y como profesional de este ámbito, me propongo hacerte ver la importancia de cuidar tu salud mental.

Desde siempre, todo el mundo ha hecho un gran «ohhh» cuando le he dicho que era psicóloga, y lo ha acompañado de un «es muy necesario, todos deberíamos ir alguna vez en su vida«. Yo habitualmente contesto «¡cierto!«, Pero aquí termina mi respuesta. Porque estoy segura que si continúo con la conversación y le pregunto porque no va él/ella, la respuesta más probable será «yo no estoy loco/loca» o los más considerados dirán «sí, debería ir, pero no encuentro el momento o qué me dirá que ya no sepa….«. Y es con estas respuestas cuando me entra la rabia y la frustración de pensar que hoy en día, el cuidado de nuestra salud mental no se ha normalizado, y que mi trabajo parece un servicio clandestino del que nadie quiere hablar y tan básico que todo el mundo lo sabe hacer.

Y yo me pregunto, si las personas vamos a infinidad de médicos (dentistas, ginecólogos, urólogos, digestólogos, fisioterapeutas, etc.) para hacer un tratamiento, e incluso en muchos casos para hacer una prevención de futuros problemas, ¿qué problema ha en hacer lo mismo con nuestra mente? Porque si hay una situación que nos altera generando ansiedad y emociones negativas, que nos genera dolores físicos, o que afecta a nuestro bienestar en general, ¿por qué no vamos a un/a psicólogo/a?

Si partimos de la base que nuestra mente es uno de los principales motores de nuestro cuerpo, ¿por que no lo llevamos a revisión de vez en cuando? Nuestra mente es el centro de operaciones del organismo, desde donde interpretamos lo que pasa en nuestro entorno, desde donde nacen nuestras emociones, y desde donde se envían señales al cuerpo para que este reaccione en consonancia. ¿No os parece suficientemente importante para tener un poco de cuidado?

A menudo pensamos que «ya me pasará» o «no es para tanto«, pero de la preocupación más pequeña puede terminar surgiendo un problema.

Soy consciente de que el problema de que pensemos así es muy de base, y aunque el sistema educativo se empiece a dar más importancia a nuestra salud mental, el camino que queda por recorrer es largo.

Hacer un trabajo psicológico, como mínimo uno en la vida, debería ser de obligado cumplimiento.

No nacemos enseñados y lo que hacemos es ir aprendiendo cómo podemos según lo que nos muestra nuestro entorno (padres, madres, hermanos, abuelos y abuelas, amigos, profesores/as, etc.), y según las vivencias que nos tocan vivir. Pero estaréis de acuerdo conmigo, que más de uno de estos modelos suspenderían un examen de inteligencia emocional, y que en más de una situación en la vida, su gestión ha sido nefasta. Así pues, ¿no os gustaría saber porque reaccionáis de esta manera y cambiarlo para que os deje de hacer daño? ¿Queréis esperar a pifiarla más? ¿a que te duela un poquito más? ¿y entonces con prisas esperar que un psicólogo/a haga magia y resuelva el problema en 10 visitas?

Os animo a reflexionar en vuestro estado actual, y preguntaros si:

  • ¿estáis agobiados o estresados?
  • ¿vuestra des/organización diaria os altera?
  • ¿tenéis pensamientos recurrentes que os preocupan?
  • ¿estáis tristes, desanimados, irritables?
  • ¿os apetecen menos las cosas que antes disfrutabais?
  • ¿os parece que lo tenéis todo pero no estáis contentos con la vida?
  • ¿no sabéis cómo sois ni por qué actuáis como lo hacéis?
  • ¡no tenéis una buena relación con los demás?
  • ¿tenéis dolores físicos  y no hay médico que lo resuelva o os dicen que es psicológico?

Pues si la respuesta a alguna de estas preguntas es Sí, tenéis un problema psicológico, y si no vais a un psicólogo/a, estáis cometiendo un gran error. Desde PsicoSalut Manresa, mis compañeros y yo, estaremos encantados de ayudarte. Te animamos a ponerte en contacto con nosotros y poner fin a tus problemas.

Marta Farré Armengol
Col. 23.251

Habitualmente, llegan a consulta casos que por motivos psicológicos, han hecho alguna visita a su médico de cabecera o psiquiatra y éste les ha recetado pastillas (para dormir, por estrés, por el estado de ánimo). Normalmente no es muy complicado, en una sola visita, con 10 minutos de entrevista, aflojan la receta con la medicación para unos cuantos meses y les emplazan a venir de nuevo a consulta en unas semanas a ver cómo les ha ido la medicación.

Y yo me pregunto, si vas al fisioterapeuta y te dice: «cómprate una crema antiinflamatoria y ven en unos días a ver cómo estás». ¿Saldríais contentos? Me imagino que la respuesta es: «No». Todo el mundo espera que ante un problema, los profesionales que le atienden solucionen el problema desde el origen, es decir, buscando entender por qué pasa (porque no duermes, estas angustiado o triste), sin conformarse con calmantes temporales.

Pues, ya os adelantamos que en el mundo de la psicología nos encontramos constantemente con errores de este tipo. Y es por ello, que hoy os queremos hablar del mejor tratamiento para los problemas psicológicos. 

¿Qué son los psicofármacos y como actúan a nivel cerebral? 

Los psicofármacos son sustancias químicas que actúan a nivel cerebral aumentando o disminuyendo el nivel de neurotransmisores (sustancias que se liberan cuando hay una sinapsis, es decir, un mensaje que se envía entre las redes neuronales de nuestro cerebro y que provoca una respuesta concreta en nuestro organismo).

Nuestro cerebro fabrica neurotransmisores de forma natural; experimentar emociones positivas y/o negativas modula la producción de estos aumentando o disminuyendo los niveles.

Al tomar medicación, la alteración de los neurotransmisores es artificial y temporal, es decir, cuando se toma una dosis del fármaco, éste se va liberando hasta que el efecto desaparece al cabo de unas horas. Motivo por el cual, cuando se recetan psicofármacos estos deben tomarse ininterrumpidamente durante meses, y si no hay ningún cambio en el ámbito psicológico, la pauta termina perpetuandose y provocando una cronificación del trastorno.

Así pues, ¿cuando es recomendable tomar psicofármacos?

Cada trastorno psicológico es un mundo, y se debe estudiar cada caso en particular. Algunos casos en los que es necesaria la pauta de psicofármacos son:

· Trastornos psicológicos graves/crónicos: esquizofrenia, bipolaridad, trastornos de personalidad graves, trastornos psicológicos endógenos (provocados por un desequilibrio genético en los neurotransmisores), etc.

· Casos psicológicos en los que el tratamiento psicológico no es suficientemente eficaz si no hay una combinación con psicofármacos.

Por lo tanto, la medicación es recomendable sólo en aquellos casos en los que la persona no responde a las pautas psicológicas y necesita de la ayuda farmacológica para iniciar la mejora, o aquellos casos en los que el funcionamiento cerebral se ve afectado por una enfermedad crónica y requerirán medicación de por vida.

¿Como se ha de abordar un trastorno psicológico?

Los trastornos psicológicos deben verse como desajustes que tienen una causa y que hay que tratar para que los síntomas derivados desaparezcan. Por ejemplo, los problemas de sueño o físicos (sin causa médica) no aparecen como arte de magia, sino que se deben a que probablemente la persona sufre estrés o hay algo que le preocupa, y por falta de recursos, acaba recurriendo a la medicación para dormir o para minimizar el dolor.

A través de una terapia psicológica la persona identifica el origen de su problema, los mecanismos de defensa que utiliza constantemente para huir, las repercusiones que todo ello tiene en su vida y en su cuerpo, y aprende estrategias para solucionar el problema desde el origen y gana herramientas para poder enfrentarse a ellos de nuevo cuando viva otro momento complicado.

Nadie puede esperar que, sin cambiar nada de su vida, su malestar desaparezca. Que no os engañen, las pastillas mágicas no existen. 

Esperamos haberos ayudado a clarificar la diferencia entre terapia y farmacología. Y si crees que estas tomando medicación y no estas seguro o crees que te hace falta un apoyo psicológico complementario para mejorar, te animamos a ponerte en contacto con nosotros y desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados de ayudarte.

Marta Farré Armengol
Col. 23.251