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Este confinamiento o situación excepcional está sobrepasando a muchas madres, padres y familias que se sienten desbordados. Esta sensación que puede pasar con la pareja, el trabajo, el teletrabajo, los hijos … puede ser una respuesta a la sobrecarga física y mental-psicológica a diferentes situaciones: tener que repetir decenas de veces lo mismo, pasarse el día recogiendo detrás de los niños como si hubiera pasado un huracán o haber oído la palabra «mamá» y «papá» 10.000 veces, y terminar el día agotadas y agotados con la sensación de no haber avanzado. 

Esta sobrecarga puede provocarnos angustia, agotamiento, desesperanza, soledad, miedo a no saber cómo afrontar el regreso al trabajo, el retorno de los niños a la escuela o si no van … incomprensión, y sentimos que «no puedo más». Es posible que este «no puedo más» suponga que acabemos perdiendo la paciencia y en algunos momentos desbordandonos con enfado, gritos, llantos … y después sentirnos culpables por haber reaccionado así.

Si os ha pasado o sentís que no podéis más, antes que nada deciros que es absolutamente natural, porque detrás del rol de madres y padres hay una persona; una persona que se puede equivocar, que se puede enfadar, que puede gritar e incluso que se puede cerrar en el baño cuando «ya no puede más».

Pero podemos probar recursos para intentar cambiar esta situación:

  1. Coeducación: las madres y los padres son igual de importantes y responsables de la educación y cuidado de los hijos.
  2. Rebajar la exigencia: no es necesario que tengamos la casa limpia siempre, que seamos todo el tiempo productivos, que tengamos todos los días planificados y llenos de actividades …. no hay que sentirse mal (culpables y angustiados) por no parecernos a las maternidades y paternidades de las redes sociales, porque son la fotografía de un instante, no el reflejo de la realidad.
  3. Promover actividades y juegos que los niños puedan llevar a cabo de forma autónoma: Que nos tengan disponibles pero que no nos necesiten para realizar esta actividad.
  4. Colaborar: todos, a prácticamente cualquier edad, podemos tener alguna responsabilidad en casa. Al final del post encontraréis una parrilla con diferentes responsabilidades que pueden asumir los niños, clasificadas por edades según pedagogía Montessori.
  5. Tener un espacio, un momento, una «ventana» en la que os podáis expresar como os sentís. Esta expresión debe ser válida para niños, jóvenes y adultos.
  6. Cuidarnos, pedir ayuda, no intentar llegar donde no podemos llegar … Porque si nosotros estamos irritados, enfadados, estresados … es imposible que los niños estén tranquilos y relajados. Intentar que ellos estén calmados y bien estando nosotros angustiados, es como decir «NO ME hables gritando!» y pretender que te contesten en un tono de voz correcto. No funciona ¿verdad? Somos sus modelos, y deberíamos ser modelos de calma.

Colaborar en las responsabilidades:

2 y 3 años Guardar sus juguetes y cuentos Ayudar a poner la mesa (ej. Vajilla que no se pueda romper si cae) Coger pañales y toallitas
4 y 5 años Hacerse la cama Poner la ropa en la cesta de la ropa sucia Regar plantas y / o dar de comer a animales de compañía
6 y 7 años Emparejar calcetines limpios Ayudar con el lavavajillas Ayudar a cocinar
8 y 9 años Poner y quitar la mesa Sacar a pasear el perro / a  Ayudar a poner la lavadora
10 y 11 años  Ayudar con la limpieza del hogar Cocinar algún plato fácil
12 años y más Ayudar en el cuidado de los hermanos Ir a comprar al pueblo con una lista Responsabilizarse de algún aspecto de la limpieza (ej. aspirar las habitaciones).

Probadlo, y si tenéis algun comentario, consultadnoslo; estaremos encantados de recibir preguntas y propuestas. Deseamos que la información que hemos compartido con vosotros y los ejercicios propuestos os ayuden a mejorar vuestro bienestar y el de la família y desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados de ayudaros. 

Tania Saez

Núm. col·legiada 25.631

Seguramente has escuchado hablar del Mindfulness, o como mínimo te sonará la palabra. Esta práctica se ha extendido ampliamente durante los últimos años, y cada vez son más las personas que la incluyen en su rutina diaria.

El Mindfulness está basado en la meditación budista, una tradición que cuenta con más de 2500 años de historia. Etimológicamente, el término Mindfulness es la traducción inglesa de la palabra “Sati” del lenguaje Pali, que se refiere al presente, la atención y la conciencia. En castellano, podríamos traducir el término Mindfulness a: conciencia plena o atención plena. Esta técnica pretende fomentar la atención en los estímulos internos y externos del momento presente, con una actitud de aceptación, curiosidad y sin juicios.

El precursor de esta técnica es el profesor de medicina Jon Kabat-Zinn, quién hizo una adaptación de la meditación budista, excluyendo los componentes religiosos, y propició su expansión por el mundo occidental. Este llevaba más de una década practicando la meditación, cuando el 1979 decidió realizar una investigación en un contexto clínico en la Universidad de Massachusetts para documentar los efectos de la práctica, a través de un programa de 8 semanas de duración denominado: Mindfulness Based Stress Reduction (reducción del estrés basada en la atención plena), que iba dirigido a personas que sufrían de estrés y síntomas somáticos. Se obtuvieron muy buenos resultados, y en 1982 se publicó el primer artículo científico donde se demostraba la efectividad de la práctica. A partir de este momento, el Mindfulness fue ganando reconocimiento y se expandió progresivamente, propiciando así nuevas investigaciones que han permitido corroborar los diferentes beneficios que aporta.

¿Cuáles son los beneficios del Mindfulness?

La atención plena nos ayuda a conectar con nuestro yo interior, permitiéndonos entrar en contacto con las emociones, actitudes y pensamientos, y reaccionar así de forma más consciente a las circunstancias de nuestro día a día. Son numerosos los estudios que corroboran esta afirmación, y en este artículo querríamos destacar algunos de los hallazgos más relevantes:

  • Meditar cambia literalmente nuestro cerebro

Un estudio publicado por la revista Psychiatry Research Neuroimaging, demuestra que las personas que practican Mindfulness 30 minutos en el día durante 8 semanas, ganan densidad de sustancia gris en el hipocampo, estructura relacionada con la memoria, el aprendizaje, el dolor y las emociones. (Hölzel et al. 2011)

  • Reduce el estrés y la ansiedad

Se ha comprobado que la práctica permite disminuir los niveles de Cortisol, la hormona del estrés (Hoffman et al. 2010), reduce la rumiación del pensamiento y los estados afectivos negativos (Chambers et al. 2008) y ayuda a gestionar mejor la ansiedad y los síntomas físicos asociados (Farb et al. 2010).

  • Disminuye el riesgo de depresión

Según un estudio de la Universidad de Lovaina, enseñar a adolescentes a practicar la atención plena a través de un programa escolar, permitió que estos experimentaran menos síntomas depresivos (Raes et al. 2013). Una investigación llevada a cabo por la universidad de Michigan con mujeres con riesgo psiquiátrico, sostiene que la práctica del Yoga Mindfulness puede aportar sensaciones positivas y de control en las futuras mamás, y prevenir así los síntomas de la depresión (Muzik et al. 2012).

  • Mejora la concentración y la memoria de trabajo

Uno de los beneficios más lógicos que nos aporta el Mindfulness es una mejora en la capacidad de focalizar nuestra atención y la concentración. Un estudio de Moore y Malionski del 2009, concluyó que la práctica de la atención plena promueve la flexibilidad cognitiva y facilita el funcionamiento atencional, además de facilitarnos ignorar los estímulos distractores. También se llevó a cabo un estudio con un grupo de militares, que después de participar en un programa de 8 semanas, obtuvieron mejoras en su memoria de trabajo en comparación con aquellos compañeros que no participaron (Jha et al. 2010).

  • Facilita el sueño

Diferentes estudios nos muestran que aquellos quienes meditan con regularidad, muestran una activación cortical menor durante la noche, cosa que facilita el descanso nocturno. Un estudio de Carlson y Garland de 2005 con pacientes de cáncer, demostró que después de participar en un programa basado Mindfulness, los participantes reportaron mejor calidad del sueño. Otra investigación relevante al respeto, es la de Black et al. (2015), que argumenta que aquellas personas con insomnio que utilizan prácticas basadas en atención plena, obtienen mejores resultados que las que solo han formado parte de un programa educativo sobre higiene del sueño.

  • Potencia la inteligencia emocional

El elemento de autoconocimiento que nos aporta esta técnica, nos permite abrirnos a las emociones y hacer un proceso de introspección saludable, generando así una mayor autoconciencia. El Mindfulness también pone mucho énfasis en la autocompasión, una actitud muy valiosa por nuestro crecimiento emocional. Un estudio de la universidad de Toronto, nos muestra que las personas que lo practican con frecuencia, tienen más facilidad para gestionar las emociones (Ortner et al. 2007). En cuanto a procesos neurológicos, se ha observado que quién medita, necesita menos recursos biológicos para atenuar la activación emocional (Lutz et al. 2014).

Ejercicio de iniciación al Mindfulness

Conocer los orígenes y los beneficios del Mindfulness está muy bien, pero si te gustaría experimentarlo directamente, es hora de ponerlo en práctica. Te proponemos un ejercicio de introducción al Mindfulness muy simple:

  1. Dirígete en una habitación donde dispongas de una silla y puedas estar a solas durante unos instantes. Coge tu móvil, ponlo en modo avión y prepara la alarma porque suene al cabo de 5 minutos.
  2. Cierra los ojos y haz 3 respiraciones profundas. Una vez hecho esto, tienes que focalizar tu atención en los sonidos que te rodean. Incluso en el supuesto de que no haya ningún ruido proveniente del exterior, si escuchas con atención, encontrarás sonidos de los cuales quizás no eras consciente. Esta tarea será la que tendrás que llevar a cabo durante 5 minutos.
  3. Mientras haces esfuerzos para mantener tu atención focalizada, irán apareciendo pensamientos de forma automática. Cuando esto pase, no te frustres, no se trata de eliminarlos (¡esto de dejar la mente en blanco es un mito!), simplemente observa estos pensamientos durante unos instantes, no te dejes llevar por estos y vuelve a redirigir tu atención hacia los sonidos que te rodean. Repítelo las veces que haga falta durante estos 5 minutos, con paciencia.
  4. Una vez suene la alarma, abre los ojos lentamente y dedica unos instantes a la experiencia. ¿Cómo te has sentido?

Esperamos que te haya gustado el artículo y que hayas podido hacer un primer contacto con lo Mindfulness. Si quieres conocer más sobre esta técnica o tienes cualquier duda al respecto, desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados de ayudarte.

Oriol Carbonell

Número de Colegiado 26.324

Referencias:

Black, D. S., O’Reilly, G. A., Olmstead, R., Breen, E. C., & Irwin, M. R. (2015). Mindfulness Meditation and Improvement in Sleep Quality and Daytime Impairment Among Older Adults With Sleep Disturbances. JAMA Internal Medicine, 175(4), 494. https://doi.org/10.1001/jamainternmed.2014.8081

Carlson, L. E., & Garland, S. N. (2005). Impact of mindfulness-based stress reduction (MBSR) on sleep, mood, stress and fatigue symptoms in cancer outpatients. International Journal of Behavioral Medicine, 12(4), 278–285. https://doi.org/10.1207/s15327558ijbm1204_9

Chambers, R., Lo, B. C. Y., & Allen, N. B. (2007). The Impact of Intensive Mindfulness Training on Attentional Control, Cognitive Style, and Affect. Cognitive Therapy and Research, 32(3), 303–322. https://doi.org/10.1007/s10608-007-9119-0

Farb, N. A. S., Anderson, A. K., Mayberg, H., Bean, J., McKeon, D., & Segal, Z. V. (2010). Minding one’s emotions: Mindfulness training alters the neural expression of sadness. Emotion, 10(1), 25–33. https://doi.org/10.1037/a0017151

Hoffman, C. J., Ersser, S. J., Hopkinson, J. B., Nicholls, P. G., Harrington, J. E., & Thomas, P. W. (2012). Effectiveness of Mindfulness-Based Stress Reduction in Mood, Breast- and Endocrine-Related Quality of Life, and Well-Being in Stage 0 to III Breast Cancer: A Randomized, Controlled Trial. Journal of Clinical Oncology, 30(12), 1335–1342. https://doi.org/10.1200/jco.2010.34.0331

Hölzel, B. K., Carmody, J., Vangel, M., Congleton, C., Yerramsetti, S. M., Gard, T., & Lazar, S. W. (2011). Mindfulness practice leads to increases in regional brain gray matter density. Psychiatry Research: Neuroimaging, 191(1), 36–43. https://doi.org/10.1016/j.pscychresns.2010.08.006

Jha, A. P., Stanley, E. A., Kiyonaga, A., Wong, L., & Gelfand, L. (2010). Examining the protective effects of mindfulness training on working memory capacity and affective experience. Emotion, 10(1), 54–64. https://doi.org/10.1037/a0018438

Lutz, J., Herwig, U., Opialla, S., Hittmeyer, A., Jäncke, L., Rufer, M., … Brühl, A. B. (2013). Mindfulness and emotion regulation—an fMRI study. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 9(6), 776–785. https://doi.org/10.1093/scan/nst043

Moore, A., & Malinowski, P. (2009). Meditation, mindfulness and cognitive flexibility. Consciousness and Cognition, 18(1), 176–186. https://doi.org/10.1016/j.concog.2008.12.008

Muzik, M., Hamilton, S. E., Lisa Rosenblum, K., Waxler, E., & Hadi, Z. (2012). Mindfulness yoga during pregnancy for psychiatrically at-risk women: Preliminary results from a pilot feasibility study. Complementary Therapies in Clinical Practice, 18(4), 235–240. https://doi.org/10.1016/j.ctcp.2012.06.006

Ortner, C. N. M., Kilner, S. J., & Zelazo, P. D. (2007). Mindfulness meditation and reduced emotional interference on a cognitive task. Motivation and Emotion, 31(4), 271–283. https://doi.org/10.1007/s11031-007-9076-7

Raes, F., Griffith, J. W., Van der Gucht, K., & Williams, J. M. G. (2013). School-Based Prevention and Reduction of Depression in Adolescents: a Cluster-Randomized Controlled Trial of a Mindfulness Group Program. Mindfulness, 5(5), 477–486. https://doi.org/10.1007/s12671-013-0202-1

 

El pasado día 28 de octubre fue el día nacional del trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad. Si tras las primeras evaluaciones del curso, en la escuela os han dicho que vuestro hijo o hija presenta alguna dificultad y que ésta puede ser dislexia o déficit de atención con o sin hiperactividad, esta información os interesa.

La dislexia y el TDA o TDAH son los trastornos que se detectan de manera más común en la población infantil y, sobre todo, en el entorno escolar. Estas provocan que los niños presenten algunas dificultades en los aprendizajes, la concentración, la atención, el comportamiento en clase … llegando a afectar en su autoestima y autoconcepto.

¿Qué es la dislexia?

Es un trastorno del neurodesarrollo, es decir, que se presenta a lo largo del desarrollo del niño/a; que refiere el aprendizaje con dificultad de lectura y/o escritura. (APA, DSM V).

¿Qué es el trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad?

Al igual que la dislexia, es un trastorno del neurodesarrollo, que se refiere a un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere en el funcionamiento o desarrollo del niño. (APA, DSM V).

Porque lo presenta mi hijo o hija?

Ambas dificultades no tienen una causa situacional, es decir, no son derivadas de una situación concreta como un miedo; sino que se presentan como una característica o condición más en el desarrollo.

Lo importante que debemos tener en cuenta es: ¿Cómo le podemos ayudar?

Estas dificultades no son una enfermedad y no tienen cura. Si no, que son unas características concretas que le acompañarán a lo largo de su vida. Sin embargo, con trabajo terapéutico y acompañamiento tanto en casa como en la escuela, estas dificultades pueden disminuir, entrenando y mejorando aquellas habilidades y capacidades necesarias para tener un desarrollo normalizado y alcanzar sus potencialidades.

Este trabajo se lleva a cabo a través de la psicoeducación para entender qué pasa y por qué. Las reeducaciones psicoterapéuticas consisten en el entrenamiento de habilidades como la concentración en la que requieren un apoyo, y el acompañamiento, tanto en la familia como en el entorno escolar, a fin de dar herramientas y recursos para que se llegue facilitar el día a día tanto a la niña o niño, como a su entorno.

Si tenéis dudas, desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados de asesoraros y acompañaros en el proceso diagnóstico y terapéutico.

Tania Saez Laguna

Col. 25.631