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Esta por todas partes, en boca de todos, podríamos decir que la Navidad se huele en el ambiente. Estas fechas generan mucha controversia. Para unos, es la mejor época del año porque son días de reencuentros, de detalles, de gestos; y para otros, la época más difícil, por los que ya no están, por los problemas familiares, o por las dificultades económicas. 

Hoy nos gustaría transmitiros algunos consejos que os permitan pasar unas Felices Fiestas, pero que además os ayuden a hacer de todas las épocas del año (¡y no solo de la Navidad!) un momento feliz. 

A aquellos que os encante esta época…

La Navidad se vende como el momento perfecto para estar con los seres queridos, para descansar y, en el fondo, para ser feliz a toda costa. Nos parece una buena razón, pero nos preguntamos, ¿y porque no así la mayoría de los días del año? ¿Por que esperar a Navidad para disfrutar de las pequeñas cosas que nos regala la vida?

Os animamos a fijaros en aquello que hacéis durante estas fechas, para aplicarlo a lo largo de todo el año:

  • Propósitos de año nuevo: es llegar el día 1 de enero y nos planteamos aquellas mejoras que no hamos hecho durante los 364 días restantes del año anterior. ¡No esperéis tanto! Cada día es una buena oportunidad para mejorar en aquello que no os hace felices. 
  • Regalaos momentos con los vuestros: navidad es el único día del año que tenemos marcado en el calendario como intocable para reunirnos con los seres queridos. No hay excusa que valga, ¡ese día es intocable! Buscad otros momentos a lo largo del año para quedar con los vuestros con las mismas ganas. Desconectar y socializar es un antidepresivo natural. 
  • Sed detallistas: no nos estamos refiriendo en lo material, sino todo lo contrario, en los gestos. Mostraos cercanos a aquellas personas que os importan. Que os pregunten “¿cómo estas?”, que os den los “Buenos días” con una sonrisa, que os expliquen las alegrías y penas, puede ser uno de los mejores regalos del día, así que no esperéis a recibirlo, sed los primeros en hacerlo. 
  • Descansad y divertíos: Navidad suele implicar un parón laboral, momento en el que descansamos y buscamos satisfacer todos nuestros anhelos (viajar, descansar, hacer tareas pendientes…). De nuevo, buscad cualquier excusa durante el año para daros un descanso y para satisfacer aquello que os gustaría hacer. 

Para aquellos que no os gusta la Navidad…

  • Preguntaros qué tiene la Navidad que no os gusta: a menudo en consulta me encuentro con personas que se refieren a la Navidad como una época difícil, triste, de consumismo… Cada uno de vosotros tiene una razón para verse afectado en estas fechas. Es por eso, que os animamos a no conformaros con estar mal eternamente en Navidad, sino que os animamos a buscar el motivo por el que estáis mal y a buscar ayuda y una solución.
  • Tópicos de la Navidad: esta época esta llena de estereotipos que nos vemos obligados a cumplir (la Navidad se pasa en familia, hay que regalar cosas, el fin de año no te puedes quedar en casa, etc.). No se puede estar más equivocado. La Navidad es personal y por lo tanto, aquello que queramos hacer es único y adaptable a nuestras necesidades. Pasa estas fechas con quién quieras, dónde quieras y cómo quieras. 

Esperamos que nuestros consejos os sean de ayuda y os deseamos unas Felices Fiestas y esperamos que el nuevo año sea un año con cambios positivos para todos, en el que consigáis hacer que cada día sea uno de vuestros mejores días. 

Marta Farré

Núm col. 23.251

¿Quién no ha vivido alguna vez una crisis de pareja? Todo el mundo! Y quien diga lo contrario, se está intentando engañar.

Todos los casos que llegan a consulta, llegan cuando ya están al límite, cuando las opciones son: «o hacemos algo o nos separamos». A menudo las parejas vienen frustradas, superadas, y extrañadas de que algo así les pueda estar pasando a ellos. Pues bien, con este post os queremos ayudar a entender mejor las relaciones, a saber qué influye en ellas, y aprender estrategias para superar cualquier crisis.

¿Qué es una crisis de pareja?

Seguramente os imagináis una crisis de pareja como una situación muy trágica, en la que hay muchas discusiones y desacuerdos, pero no siempre tiene que ser así. Una crisis de pareja la podríamos definir como aquella situación en la que una de las dos personas no es feliz con la situación actual, sin necesidad de que haya discusiones.

Los principales síntomas de crisis son:

· Falta de comunicación: la pareja no busca momentos para hablar, no hablan de sus preocupaciones, ni de los malentendidos en pareja.

· Problemas personales: cuando los problemas personales (trabajo, amistades, familia) afectan a la unidad de la pareja.

· Problemas en las relaciones íntimas: cuando las relaciones no son satisfactorias debido a la frecuencia, el placer se experimenta, etc.

· Desacuerdo en creencias personales y en los planes de futuro: cuando una de las dos partes no entiende al otro o no comparte los objetivos de pareja del otro.

· Distanciamiento: la pareja no busca pasar tiempo juntos.

Estas son algunas de las situaciones que cualquier pareja puede vivir en un momento u otro de la relación. De nuevo, que nadie se quiera engañar, todas las parejas pasan por algún descalabro, porque es normal que en la convivencia aparezcan desacuerdos, pero si no se trabajan conjuntamente y se busca solución, seguramente acabarán con la relación de pareja.

Terapia de pareja

Con mis pacientes me gusta plantear las relaciones de pareja metafóricamente como si fueran una empresa. Una pareja esta formada por dos personas que conviven y que quieren llegar a acuerdos. Se parece mucho a una empresa ¿verdad? Un equipo de personas, que deben trabajar juntas para obtener buenos resultados.

Os propongo que penséis en vuestra actitud en el trabajo. Imaginaos las reuniones de equipo, el contacto con los clientes, o la resolución de problemas; pensáis que tieneis la misma actitud que con vuestra pareja? Os avanzamos que es muy difícil. Fuera de casa conseguimos ser empáticos, tolerantes, reflexivos, pacientes, cordiales, asertivos, buscamos acuerdos, entre muchas otras habilidades. ¿Por qué con nuestra pareja nos convertimos en todo lo contrario? Nos cuesta expresarnos, juzgamos, somos intolerantes, tercos, egoístas, orgullosos, etc.

A continuación os proponemos algunas estrategias que os ayudarán a abordar y resolver con eficacia vuestros problemas de pareja:

  1. Escuchar: cuando alguien expresa su malestar, no se lo está inventando. Podemos estar más o menos de acuerdo, pero lo primero debe ser escuchar qué nos quiere transmitir la otra persona. Daos el turno para hablar con tranquilidad cada uno de vosotros.
  2. Empatizar: de nuevo, podemos compartir más o menos las quejas de nuestra pareja, pero intentad entender porque se está quejando. Haced un ejercicio de reflexión sobre qué os está diciendo, haced autocritica y pensad si puedéis mejorar algún aspecto.
  3. No juzgar: etiquetar a vuestra pareja ( «tu eres un egoísta», «siempre estás quejándote») sólo añadirá más leña al fuego. Si tenéis una conversación con vuestra pareja evitad las criticas y evitad ser absolutistas ( «tu eres …», «tú haces …», «siempre …», «nunca …»).
  4. Descripción clara de lo que ha pasado: cuando queráis expresar un problema, relatad cómo lo habéis vivido y cómo os habéis sentido. Por ejemplo, «hoy cuando he llegado a casa, he querido explicarte lo que me había pasado en el trabajo, pero he notado que no me escuchabas y por eso me he enfadado». Esta estrategia ayudará al otro a ser consciente de qué ha pasado, qué nos ha molestado y como nos ha hecho sentir.
  5. Buscar una solución: una discusión nunca debe ser un combate, es decir, nunca debe haber un vencedor. Las discusiones deben ser para resolver los problemas, para aprender, para construir. Por ello, dejead a un lado los reproches y el orgullo, y planteadle a vuestra pareja, como puedéis solucionarlo. Cada uno de vosotros deberá hacer una propuesta para solucionarlo, y deberéis ir acercando posiciones para llegar a un acuerdo (como haríamos en el trabajo ¿verdad?).
  6. No proyectar los problemas personales en la pareja: todos tenemos problemas personales (en el trabajo, en familia, con amigos), pero no debéis pagar con vuestra pareja vuestro malestar. Explicad vuestras preocupaciones a vuestra pareja y pedidle consejo y ayuda.
  7. Analizar de vez en cuando vuestra relación: la fase de enamoramiento, como muchos estudios demuestran, tiene una fecha de caducidad, y lo que nos queda después es el amor a nuestra pareja. Para mantener el amor es importante ir reflexionando sobre qué nos gustaría en nuestra pareja, ya que a medida que el tiempo avanza, los intereses cambian. Buscad introducir cambios, como por ejemplo, hacer cosas para conquistar a vuestra pareja, hablad sobre qué os molesta el uno del otro, hablad de cómo os gustaría que fuera el futuro. Del mismo modo que una empresa necesita su plan de acción para el futuro, una pareja también.

ALERTA! Actitudes intolerables!

A continuación os detallamos algunas actitudes intolerables en nuestra pareja. En caso de que estéis viviendo alguna situación similar, debéis ser conscientes de que la pareja que tenéis no os conviene.

· Maltrato psicológico y/o físico: nadie debe tolerar un maltrato denigrante por parte de su pareja. Amar nunca implica maltratar al otro.

· Engaños, celos, desconfianza, y prohibiciones: las parejas deben hablar de sus problemas y buscar resolverlos, si tu pareja te miente, desconfía de ti, o te controla por celos con prohibiciones, no puedes seguir tolerando estas actitudes.

· Se niega a cambiar: cambiar en una pareja (siempre y cuando sea un cambio a mejor) nunca es un error. La convivencia entre dos personas implica una adaptación, y por tanto, cambios para convivir. Profesionalmente las personas cambian para mejorar ¿verdad? ¿Porque no debería ser igual en la pareja? Si tu pareja se niega a cambiar, no inviertas más tiempo, no es la persona que te conviene.

Si te identificas con esta problemática o crees que alguien cercano a ti se podría encontrar en una situación similar, te animamos a ponerte en contacto con nosotros y desde nuestro centro de psicología en Manresa estaremos encantados de ayudarte.

Marta Farré

Núm col. 23.251

Hoy es 31 de octubre y, desde hace años, esto significa que hoy es la noche de Halloween. Si se caracteriza por algo, es por ser una noche en la que buscamos divertirnos, pero con un propósito no tan divertido. Generar miedo.

El miedo es una emoción básica en todos nosotros. De hecho, es una reacción necesaria para nuestra supervivencia y que nos ayuda a adaptarnos a situaciones que pueden suponer un peligro real para nuestra vida.

Cuando somos pequeños, muchas cosas nos son desconocidas, y estamos en constante aprendizaje, lo que puede provocar muchos miedos normales a cierta edad (a la oscuridad, a la soledad, que nos abandonen, los payasos, etc.). A medida que nos hacemos mayores, y nuestras capacidades de análisis y comprensión evolucionan, la mayoría de estos miedos se resuelven por sí solos.

Cuando nos hacemos mayores y siguen apareciendo miedos a situaciones u objetos que no suponen un peligro real para nosotros, podemos decir que estamos ante un miedo que no es ni racional ni adaptativo. Estamos ante una fobia.

¿Qué es una fobia?

Una fobia se define como un miedo intenso y desproporcionado a situaciones u objetos que no son peligrosos y a los que la mayoría de personas se referirían como no peligrosos. Los síntomas más habituales son reacciones ansiosas (respiración acelerada, sudoración, taquicardias, hormigueo, etc.) y pensamientos distorsionados y catastróficos. Las personas que padecen una fobia reconocen que su miedo es irracional y exagerado, pero son incapaces de afrontarlo y evitan constantemente exponerse a estas situaciones, lo que provoca una gran interferencia en su vida cotidiana.

¿Cuál es la causa?

La mayoría de fobias aparecen en la infancia y no se resuelven, continuando durante la adolescencia y la edad adulta. Estas aparecen por la vivencia de una situación que la persona valora como estresante o traumática (perderse, presenciar un accidente, recibir un ataque, etc.), o bien se heredan por el relato o imitación de un familiar adulto cercano.

Qué fobias existen?

Las fobias se categorizan en tres grandes grupos:

· Agorafobia: se define como el miedo a encontrarse en situaciones en las que sea imposible escapar o pedir ayuda en caso de que la persona tenga un ataque de pánico, o algún problema de salud.

· Fobia social: se define como el miedo al juicio o el rechazo de los demás en situaciones sociales.

· Fobias específicas: se definen como miedos a situaciones u objetos específicos. Entre las fobias específicas más habituales están las fobias a los animales, a las alturas, a conducir, a la sangre, o a las tormentas.

Tratamiento

El tratamiento de una fobia consta de los siguientes pasos:

  1. Psicoeducación: explicación al paciente sobre la naturaleza de su fobia, así como de la reacción física que vive en valorar el estímulo como peligroso.
  2. Entrenamiento en técnicas de gestión de la ansiedad: se entrena al paciente en técnicas de relajación y control de su ansiedad, con la intención de que pueda controlar la reacción ansiosa.
  3. Reestructuración de pensamientos desadaptativos/catastróficos: se enseña al paciente a reformular los pensamientos inconscientes y desadaptativos que se disparan ante el estímulo fóbico para convertirlos en un pensamiento adaptativo que le ayude a afrontar la situación u objeto temido.
  4. Desensibilización sistemática: consiste en realizar una exposición que sea progresiva a las situaciones u objetos fóbicos. Se acuerdan con el paciente varios pasos que van de menos malestar a más malestar. Posteriormente, se le pide que se exponga a las situaciones para tolerar y superar la reacción de miedo in situ.

Si te identificas con esta problemática o crees que alguien cercano a ti se podría encontrar, te animamos a ponerte en contacto con nosotros y desde nuestro centro de psicología en Manresa estaremos encantados de ayudarte.

Marta Farré

Núm col. 23.251