Perdida y duelo

Perdida y duelo

El pasado día 1 de noviembre fue la festividad de todos santos, una fecha señalada a nuestro calendario para rendir tributo a aquellos seres queridos que ya no están.

La muerte es un suceso que, tarde o temprano, todas las personas experimentamos. Como muy habitualmente nos encontramos en consulta con casos de duelo patológicos, queremos dedicar el post de esta semana a hablar sobre el proceso de duelo y como aprender a convivir con la pérdida.

¿Qué es el duelo?
El duelo es un proceso psicológico que se experimenta ante una pérdida. Es normal que aparezcan síntomas negativos (tristeza, rabia, apatía, negación, bloqueo, etc.) que alteran profundamente el bienestar de la persona. Ha habido un cambio importante en la vida de la persona, y se requiere tiempo para conseguir digerirlo y adaptarse a la nueva situación.

¿Cuáles son las fases del duelo?
Cada persona vive el duelo de una manera distinta. Según la persona que se pierde (pareja, padres, hermanos, hijos, amigos), el momento en el cual pasa, las circunstancias en las cuales pasa, o los recursos personales de cada persona, el duelo puede durar más o menos.

Aun así, se definen 5 fases por las cuales la mayoría de personas pasa en un proceso de duelo:

· La negación: como mecanismo de defensa de la inmensa pérdida, la persona niega la realidad. Es una etapa totalmente normal que permite ganar tiempo para coger fuerzas para digerir la situación.

· El enojo: es una etapa de fuertes emociones que aparece cuando la persona se da cuenta que la situación no es reversible y busca culpables de la pérdida. Se culpa a sí misma de lo que no ha hecho. Culpa a gente de alrededor (médicos, familiares, amigos, parejas, hijos) que han hecho sufrir a la persona para hacerlos responsables de la muerte.

· La negociación: en esta etapa la persona fantasea con la idea de situaciones ficticias que permitan revocar la pérdida, como por ejemplo «¿qué hubiera pasado si hubiera hecho esto?», «¿la situación habría sido diferente?». Hay personas que incluso tienen pensamientos mágicos que les llevan a pensar que si hacen algo, la persona podrá revivir.

· La depresión: la persona experimenta una profunda tristeza y vacío emocional al darse cuenta que la persona desaparece de su día a día y que tiene que convivir con su ausencia. La sintomatología es muy similar a la depresión, pero con la diferencia que una vez superada esta etapa, los síntomas remiten.

· La aceptación: cuando la persona acepta la pérdida, se permite soltar la figura de la persona que ya no está y comprende qué ha pasado, es el momento en el cual acaba un proceso de duelo saludable y con el tiempo la persona será capaz de sentir emociones positivas y de pensar de forma sana en la persona que ya no está.

¿Qué recomendaciones te damos para vivir un proceso de duelo?

· Hablar de la muerte de la persona: hablar con familiares o amigos del suceso ayuda a comprender lo qué ha pasado y a confrontar todos los sentimientos que nacen de una situación tan terrible como la pérdida.

· Aceptar los sentimientos: permitirse vivir los sentimientos que aparecen y entenderlos como un proceso natural de curación.

· Mantener una cura personal: es importante mantener un estilo de vida organizado, con responsabilidades y con momentos que aporten bienestar.

· Exponerse a pertenencias y recordar buenos momentos vividos con la persona: mirar fotografías, oler su perfume, o revivir momentos felices junto a aquella persona permite crear un recuerdo infinito en la memoria que genera un sentimiento positivo hacía la persona que ya no está.

Duelo patológico

El duelo se convierte en un proceso patológico cuando después de meses, la persona sigue experimentando sintomatología negativa, no consigue adaptarse a la vida sin la persona que ha muerto, y recurre a conductas desadaptativas que empeoran su bienestar.

Esperamos que estos consejos os ayuden a vivir el duelo de forma saludable, y si creéis que os está costando más del que es normal, os animamos a poneros en contacto con nosotros y desde PsicoSalut Manresa estaremos encantados de ayudaros.

Marta Farré Armengol
Col. 23.251